El primer emigrante de la familia Pérez Fernández, del que se tiene constancia, fue Carlos Pérez Díaz nacido en 1839 en Bustio (Ribadedeva, Asturias)
Emigró muy joven a México donde hizo gran fortuna. Murió en México el 20 de julio de 1908.
Su voluntad fue que sus restos mortales reposaran en Ribadedeva, por lo que el mismo año de su fallecimiento se construyó un panteón en el cementerio de El Peral.
Su hermano Manuel Pérez Díaz, también nacido en Bustio, contrajo matrimonio con María González Noriega, del que nacieron ocho hijos. Su tío Carlos reclamó a tres de sus sobrinos: José, Ricardo y Paulino Pérez González. De los dos primeros se desconocen las fechas en las que emigraron no así de Paulino que emigró el 22 de junio de 1901 a la edad de 27 años.
Esta segunda generación de emigrantes actuó con sus sobrinos de la misma forma: reclamándolos para que se unieran a la aventura de la emigración. Y así, los hijos de sus hermanos Marcelino y Miguel Pérez Gonzalez, pasaron a formar la tercera generación:
Manuel y Enrique Pérez González, hijos de Marcelino, emigraron a Cuba y, posteriormente, a México con su tío José Pérez Gonzalez.
Ricardo, Elías, Paulino e Indalecio Pérez Fernandez, todos hijos de Miguel, emigraron a México, al amparo del mismo tío José, quedando en la casa la única hija, María, al cuidado de sus padres.
Aún se produjo una cuarta generación de emigrantes, pues una hija de Marcelino e Inés llamada Cruz Pérez Gonzalez, contrajo matrimonio con Andrés Balboa de Dios, del que nacieron dos hijas, Dolores y Teresa y dos hijos, Rmón y Marcelino Balboa Pérez, nacidos ambos en 1929. Emigraron juntos a México en 1944 y llegaron a Veracruz en noviembre, el día que Marcelino, el más joven de los dos, cumplía quince años.
De los doce miembros de esta familia que emigraron a América todos, salvo Ricardo Pérez Fernandez que retornó quince años después, se quedaron en México y allí formaron su familia.